Variedades diafásicas

Escrito por P. Vegara Meirelles a las 10:30 with No comments
Otra forma que tiene la lengua de variar es a través del registro. Ya hemos visto que puede variar a lo largo de la historia, lo que significa que si leemos un texto podemos situarlo en una fecha determinada (seguro que sabéis decir si es actual o antiguo, aunque no sea el año exacto), y que varía también por la localización, es decir, cada región tiene una manera de particular de hablar con unos rasgos fonéticos lo bastante estables para que se consideren un dialecto.

Si quieres saber más sobre el registro, consulta aquí.

Ahora tenemos el registro. Esta variación consiste en que el hablante puede adecuarse a diversas situaciones y para ello elegirá un habla más formal (cuando se dirige al médico o a una persona que no conoce) o un habla más informal (entre compañeros, familiares, etc.). A veces hay una situación intermedia. Para decidir qué registro se está usando, tenemos que ver los rasgos de cada modo e identificar cuáles tienen más peso.

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¿Cómo es el lenguaje coloquial?

  • Afectivo. Dentro de las funciones del lenguaje de Jackobson, representa la función emotiva, por lo cual el lenguaje coloquial está muy cerca de la expresividad, de los sentimientos, de las opiniones... Se centra en el emisor.
    • Aparecen interjecciones y palabras con valor expresivo: ¡Eh! ¡Ay! ¡Hombre! ¡Pues vaya!
    • Se tutea al receptor.
    • Nexos con valor enfático: ¡Que me dejes en paz! ¡Pero bueno, menudo desastre! ¿Y ahora qué?
    • Repeticiones para transmitir mayor intensidad: Este coche es bueno bueno.
    • Ordenación subjetiva: El móvil, dame el móvil, anda.
    • Adjetivos y adverbios valorativos: Es precioso, ¿a que sí?
    • Diminutivos y aumentativos con diversos valores (apreciativos, afectivos, irónicos, etc.): Está delgaducho, Vaya vocecita, ¿Ese es tu perrito?
    • Afirmación y negación afectivas y categóricas. No, no, no y mil veces no. ¡Ni loca!, ¡Ay, claro que sí, por supuestísimo que sí!
    • Expresiones cariñosas (a menudo, insultos atenudados): Menudo borrico estás hecho. Mira que eres tontito.
    • Metáforas e hipérboles coloquiales: Te lo he dicho un millón de veces. ¿No os morís de frío con la ventana abierta?
    • Recursos de autoreafirmativos: Mal de muchos, consuelo de tontos. Eso es lo que digo yo.
    • Verbos de valoración subjetiva: No me gusta ir de compras. Me encanta leer.
    • Aparecen también las funciones conativa y fática: Mira, Laura. Ve a la cocina, ¿puedes? ¿Qué tal Margarita? Se encuentra bien, ¿no?
  • Práctico. Persigue fines concretos e inmediatos, así que el lenguaje es más económico.
    • Al tener un contexto en común con el receptor, puede permitirse dejar huecos en blanco porque el receptor es capaz de rellenarlos con la información que comparten. Elipsis: Lo del otro día, ¿qué tal fue?
    • Poca subordinación y nexos polivalentes: No vengas, que no voy a estar. 
  • Espontáneo. Por eso tiene este lenguaje un aspecto poco elaborado y cuidado, ya que es eminentemente oral o, cuando se escribe, también se busca la comunicación rápida, como en el caso de los mensajes.
    • Se rompe la construcción sintáctica, no se terminan las frases, hay cambios estructurales por el énfasis: A María le va a encantar el regalo, claro que sí, esa de la clase que se sienta con Juan.
    • Muletillas sin significado: Bueno, vale, pues, eh...
    • Palabras polivalentes: Esas cosas no me gustan. Es una partícula que se pone delante del verbo. 
Vídeo de Quique Castillo

¿Cómo es el lenguaje formal?

Habiendo visto las características del lenguaje coloquial, es bastante sencillo hacerse una idea de cómo funciona el lenguaje formal. Por supuesto, también se da en la oralidad, aunque su presencia sea, quizá, más frecuente en los textos escritos, donde tendemos a utilizar un español estándar.

Jerga y argot

A veces, las personas que forman parte de un grupo emplean un lenguaje comunitario que no es comprensible para quienes no estén dentro de ese grupo. A eso se le llama jerga. Por ejemplo, cuando los médicos hablan con términos precisos propios de su especialidad, una persona lega podría tener serios problemas para comprender a qué se están refiriendo; por eso tienen que explicar qué significan esos términos. Todas las profesiones tienen palabras especializadas para su ámbito de trabajo.

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La jerga también aparece en otros contextos; por ejemplo, entre los seguidores de una serie, los aficionados a la informática, etc. Cuando adquiere un matiz marginal y se emplean con la intención de que quien lo escuche y no sea del grupo no lo entienda, hablamos de argot. Pensemos por ejemplo en los términos carcelarios, de la droga, la delincuencia, etc.